domingo, 21 de marzo de 2010



El Museo del Labrador, ubicado en Lituénigo (Zaragoza), es una exposición permanente de más de 200 piezas, entre aperos de labranza y enseres domésticos, propiedad de Jesús Hernández Martínez.


Nacido en esta localidad, Jesús fue un apasionado de la cultura ligada al campo y sus viejos oficios. Una intensa y desinteresada labor personal de más de 40 años recuperando aperos y otros objetos, siempre como homenaje a sus padres y abuelos, sirve ahora a los visitantes para conocer el pasado y la tradición agrícola de los pueblos de la comarca de Tarazona y el Moncayo.


El museo abrió sus puertas en el año 2000, gracias a un acuerdo de Jesús con el Ayuntamiento de Lituénigo. El edificio de las viejas escuelas del pueblo, tras una rehabilitación promovida por la Diputación de Zaragoza, albergan la colección en sus dos plantas. 


En el año 2010, coincidiendo con su 10º aniversario, se dotó al museo de nuevos equipamentos multimedia: audioguías, cartelería, sonido ambiente y videos interactivos. Una nueva forma de mostrar la colección a las nuevas generaciones.


Tras el fallecimiento de Jesús, en 2012, su familia y el Ayuntamiento de Lituénigo mantienen vivo su legado y  conservan este espacio en su memoria y la de nuestros antepasados.

La tradición del pesaje



Lituénigo celebra el último fin de semana de Septiembre sus fiestas patronales en honor a San Miguel Arcángel. En ellas tiene lugar una de las más curiosas tradiciones de la comarca y de todo Aragón: el Pesaje de los niños

Declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón, en ella los niños menores de un año son pesados en una balanza romana a la vista de todo el pueblo.

Si quieres conocer más sobre esta tradición, PINCHA AQUí

Exposiciones y talleres


El Museo del Labrador pretende ser un espacio vivo y dinámico.

Periódicamente se realizan en su planta calle exposiciones temporales de pintura o fotografía, logrando que el museo sea un referente cultural para toda la comarca.

También se realizan talleres de restauración de muebles, con el objetivo de promover la conservación de viejos enseres de madera, muchos heredados de padres y abuelos.

Sendero de los Oficios



El Sendero de los Oficios es un recorrido autoguiado que pretende descubrir a quien lo realiza los lugares en el entorno del pueblo en los que aún es posible observar la huella de los trabajos que durante siglos realizaron los vecinos de estos valles para obtener su sustento.

Se busca así complementar la información que el visitante recibe en el Museo del Labrador, mediante un cómodo paseo de una hora aproximada, en el que también se puede disfrutar de impresionantes vistas de la Sierra del Moncayo.

En cada estación o parada se encuentra una señal doble: sobre fondo blanco se rotula el número y el nombre de la parada en la que nos encontramos y una flecha nos señala la dirección a seguir hasta la siguiente parada. Un folleto, que se entrega en el Museo, nos aporta una explicación de cada una de ellas.

Un panel al inicio del recorrido resume los contenidos y características del sendero, y hay dos puntos equipados con mesas de pic-nic que permiten descansar al paseante.

Ver o descargar el folleto

La vida en la casa: el hogar y la matacía. Los oficios perdidos



En la segunda planta nos encontramos con los oficios tradicionales, ligados de forma inseparable al entorno y la vida diaria en la zona. El pastor, el carpintero o el herrero…, unos y otros se hacían útiles y necesarios entre sí, cerrando de esta manera el círculo perfecto entre hombre y naturaleza, entre recursos y trabajo.


El barro era materia prima para elaborar adobes y ladrillos, con los que el albañil construía las casas y otras construcciones necesarias. Pero tambien para que el alfarero hiciera los pucheros, ollas y tinajas.

Cobra protagonismo un típico hogar aragonés, con su fuego y los “poyos” (o asientos) a cada lado. Un lugar donde los hombres y mujeres del campo hacían la vida, al abrigo de un fuego que daba luz y calor.

A su lado el dormitorio: una cama de hierro (con su colchón de lana y las sábanas de lino), un lavabo y la mesilla completan una sencilla alcoba.

También veremos los elementos necesarios para realizar la colada, tarea que las mujeres llevaban a cabo mediante un arduo proceso. 

La matacía del cerdo, la recolección de la miel (labor de gran tradición en la localidad) y el desaparecido cultivo del cáñamo tienen también su espacio en esta planta. 

Unos monitores permiten seleccionar diferentes videos, en los que vemos a los vecinos del pueblo realizar varios de estos oficios y tareas, usando las diferentes herramientas y objetos expuestos.

La agricultura: del grano al pan. La fuerza animal



La primera planta está dedicada a la agricultura, en especial al cultivo del trigo.  

Podemos ver los aperos utilizados antaño para su siembra y recolección. Desde los arados de madera para preparar la tierra, pasando por la zoqueta y la hoz del segador, los trillos y horcas con que recoger el grano..., hasta llegar a los utensilios propios de una panadería, con los que trabajar la harina que luego el horno transforma en pan y otros productos.

Junto a todo esto vemos los arreos de las caballerías, animales como el burro o la mula, tan necesarios para realizar las labores agrícolas y ahora en extinción. 

También tiene presencia el cultivo de la remolacha, que llegó a ser muy importante en todo el valle del Ebro. 

Un documental nos permite ver todas y cada una de las labores del cultivo del trigo, mientras el sonido ambiente de la sala nos pone en situación.





sábado, 18 de abril de 2009

El Pesaje de los niños




Nada más entrar al museo, el visitante se encuentra con la ambientación de una escuela rural, un guiño al uso original del edificio, construido en 1906 como colegio.

En esta planta calle también se dan a conocer las tradiciones más destacadas de la localidad. Entre ellas una de las más curiosas de toda la comarca: el Pesaje de los niños, declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón.

Los niños menores de un año son pesados en una balanza romana, como siempre se ha hecho en Lituénigo…, desde hace más de 300 años. La tradición tiene lugar a finales de Septiembre (coincidiendo con la festividad de San Miguel, patrón de la localidad). En el museo se guardan durante todo el año la vieja balanza y los capazos usados en este rito.

El elemento principal de la ceremonia es, junto los niños nacidos a lo largo del año, el trigo con el que son pesados. Se demuestra una vez más la estrecha relación entre las gentes, sus oficios y tradiciones.

Los visitantes conocerán también la fiesta de los mozos de San Blas y la procesión de la Virgen del Río. Fuego y ruido son elementos comunes a ambas.